| |Grand document=-Lettre du 15 décembre 1757 (de Cordoba) : «... No diré Vmd. lo bochornoso que me tiene no haber podido complacerle en reclutar monedas algunas de estos parajes que puedan ser a Vmd de aprecio, pues (hablando con mi acostumbrada ingenuidad) digo que aún para lo mucho carente de mi Erario, y de las que tantas he dado al Padre Flórez para sus asuntos, y a otros, no las he encontrado después para reponerlas, especialmente en Geográficas; atribuyolo forzosamente al enjambre de aficionados y recoberos, que cada día mayor salen, y de lo que aún era bastante, la media docena de mis Aprendices de esta tierra, que andan valando por las pocas que ya saltan, lo que siendo público aquí, como mis monedas recogidas en tanto tiempo, la codizuela de los que generalmente las venden, huye de mí y se las llevan éstos, de montón, y con mucha de su sal y pimienta. Con ello no me es posible sacarlas bajas, pues mi menor insinuación se las presupone de mayor aprecio, y ser de las que tanta falta me están haciendo. Sólo alguna sencilla casualidad es la que nos resta de esperanza, y como aconteció hace pocos días, con una familia que me faltaba para completar su(¿mi?) centenario número de las de Plata, por que en las de Bronce o Cobre no me llegan la mitad todavía. Ya que Vmd tampoco me remite nada de su buen sobrante duplicado, o incógnito, no deje Vmd de participarme al menos una relación de la consistencia de su Erario, cuya principal parte supe consiguió Vmd equitativamente en Zaragoza, y no como este mio que me ha costado gotas de sangre irlo criando y alimentando tan paulatina y prolongadamente...» (Sevilla, Biblioteca Capitular y Colombina, BCC 59-3-44, f° 7r-v ; Salas Alvarez 2003, p. 77). | | |Grand document=-Lettre du 15 décembre 1757 (de Cordoba) : «... No diré Vmd. lo bochornoso que me tiene no haber podido complacerle en reclutar monedas algunas de estos parajes que puedan ser a Vmd de aprecio, pues (hablando con mi acostumbrada ingenuidad) digo que aún para lo mucho carente de mi Erario, y de las que tantas he dado al Padre Flórez para sus asuntos, y a otros, no las he encontrado después para reponerlas, especialmente en Geográficas; atribuyolo forzosamente al enjambre de aficionados y recoberos, que cada día mayor salen, y de lo que aún era bastante, la media docena de mis Aprendices de esta tierra, que andan valando por las pocas que ya saltan, lo que siendo público aquí, como mis monedas recogidas en tanto tiempo, la codizuela de los que generalmente las venden, huye de mí y se las llevan éstos, de montón, y con mucha de su sal y pimienta. Con ello no me es posible sacarlas bajas, pues mi menor insinuación se las presupone de mayor aprecio, y ser de las que tanta falta me están haciendo. Sólo alguna sencilla casualidad es la que nos resta de esperanza, y como aconteció hace pocos días, con una familia que me faltaba para completar su(¿mi?) centenario número de las de Plata, por que en las de Bronce o Cobre no me llegan la mitad todavía. Ya que Vmd tampoco me remite nada de su buen sobrante duplicado, o incógnito, no deje Vmd de participarme al menos una relación de la consistencia de su Erario, cuya principal parte supe consiguió Vmd equitativamente en Zaragoza, y no como este mio que me ha costado gotas de sangre irlo criando y alimentando tan paulatina y prolongadamente...» (Madrid, Biblioteca Nacional de Espana, Ms. 2537, f° 7r-v ; Salas Alvarez 2003, p. 77). |